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En Colombia, la política de retracto de compra permite a los consumidores desistir de un contrato de compraventa en un plazo de cinco días hábiles, sin necesidad de justificación. Esta ley, establecida por el Estatuto del Consumidor (Ley 1480 de 2011), se aplica principalmente a contratos realizados fuera del establecimiento de comercio, como compras por internet. Existen excepciones para productos perecederos o personalizados. El proceso implica notificar al vendedor por escrito, y este tiene la obligación de reembolsar el dinero en un máximo de 30 días. Esta medida busca proteger los derechos de los consumidores, proporcionándoles la opción de reconsiderar su compra y asegurando transparencia en las transacciones comerciales en el país.